QUIMIOFOBIA:
Un día leyendo, descubrí un “palabro” que jamás había escuchado, "quimiofobia". Fui a buscarlo al diccionario y me encontré con esta definición, y, aunque la Real Academia de la Lengua Española no recoge este concepto, si encontré en la wilkipedia que consiste en una preocupación sobre los posibles efectos adversos de los productos químicos de síntesis , y el miedo irracional de estas sustancias debido a conceptos erróneos acerca de su potencial dañino.
Un día leyendo, descubrí un “palabro” que jamás había escuchado, "quimiofobia". Fui a buscarlo al diccionario y me encontré con esta definición, y, aunque la Real Academia de la Lengua Española no recoge este concepto, si encontré en la wilkipedia que consiste en una preocupación sobre los posibles efectos adversos de los productos químicos de síntesis , y el miedo irracional de estas sustancias debido a conceptos erróneos acerca de su potencial dañino.
Este
miedo está muy de moda en el mundo de la alimentación, y al ir
profundizando un poco más en el tema, me he dado cuenta del gran e
interesante debate que hay sobre él.
Por un lado están los científicos, y
más concretamente los químicos, tratando de explicar lo beneficiosa
que es la química para la alimentación, y por otro los que
defienden que todo tiene que ser natural. Y es justo ahí donde
empieza el debate, que como siempre suele ocurrir, para alguien
ignorante en el tema como yo, me quedo con el término medio, pero
muy agradecida de haber leído las opiniones de algunos científicos como José Manuel López Nicolás, que
son muy interesantes y no tenía ni la menor idea sobre ellas.
La Ley Española de etiquetado de
productos alimenticios prohíbe el hecho de que se ponga un eslogan
en el etiquetado que pueda infundir temor al consumidor sobre
ingredientes autorizados, pero en muchos casos, las etiquetas o bien
rozan esa legalidad, o directamente la incumplen sin ningún pudor.
Todos estamos hartos de ver “100% natural”, “sin conservantes
ni colorantes”, cuando no es verdad y en el fondo todos lo sabemos.
Tenemos una doble moral a la hora de
comprar comida. No se por qué queremos que todo sea “muy natural”,
pero a la vez que dure mucho y no se ponga malo, cuando además
sabemos que no es posible a día de hoy ser 100% natural.
Química es el veneno, drogas, pesticidas, los alimentos transgénicos. Si si, todo todo malísimo,
pero tengamos en cuenta que química también son los conservantes
preparados contra los hongos y bacterias, los pesticidas de origen
natural, las latas de conserva, los envasados al vacío, los
microondas, las neveras, y un sinfín de cosas.
La química tiene a día de hoy una
imagen muy negativa, y ponerla como rival de lo natural es
definitivamente un despropósito. Muchas veces hablamos sin tener
conocimiento de la cosas y es cierto que nos ponemos a defender a
ultranza todo lo natural, cuando tendríamos que empezar por tener
claro, qué es natural y qué es química.
Lo que también es verdad es que esta
tendencia a lo natural (que en realidad es falsa), viene dada por el
hecho de que como en casi todos los ámbitos, la ciencia está
también al servicio de empresas y patentes que sólo buscan el
beneficio, y el problema es que estas industrias abusan de compuestos
químicos que no están dirigidos a crear un producto saludable, sino que se e
incluyen muchos aditivos para dar sabor, aroma, textura y por qué
no, para camuflar la mala calidad.
Que se venden productos muy poco
saludables no lo vamos a discutir, pero de ahí a rechazar los
productos químicos va un mundo.
No todo lo natural es bueno ni todo lo
artificial es malo. Y si no, que se lo pregunten a Walter White!!
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